El reconocimiento de la individual condición humana, el ser únicos y distintos de los demás, es lo más evitado de esta civilización heredada de tantas generaciones precedentes.
Queremos decir lo que pensamos sin saber si es auténtico. Las veces que se repite, si es producto de la voluntad de reflexión, o solo un reflejo de algo que nos han inculcado.
LA REALIDAD OBJETIVA COMÚN NO EXISTE EN LA CONSCIENCIA, por mucho esfuerzo de comprobación científica material que se intenten en todos los casos, con el máximo esfuerzo teórico.
Existe una forma única de percibir, pensar, actuar, vivir, emocionar y trascender, que nadie la ha inventado para nosotros, y nosotros no la podemos inventar para nadie.
La tarea de estar aquí, en este paréntesis de la eternidad que es nuestra vida, no es otra cosa que ser lo más auténticos posible, en un despeje y valoración permanente.
Poder transmitir nuestra energía original creativa a los demás, para que estos hagan lo propio con nosotros.
La enfermedad en su esfera espiritual y sus consecuencias mentales y físicas, no es más que un proceso erróneo de ocultamiento de cada ser, de su particular vocación de forma de moverse en el universo, con un anhelo innegociable e irrenunciable de plenitud, cercanía y abundancia con todo lo que existe.
El reconocimiento de la carencia que se ejemplifica en cada caso individual para el médico homeópata en la toma del caso, tiene múltiples ramas, vertientes, colores, formas y sonidos, donde la disponibilidad de la aceptación incondicional de uno mismo, pasa por la misma actitud con los demás, por muy complicado y difícil que esto se antoje.
ESTAMOS PARA UNIRNOS A LOS OTROS, desde el reconocimiento de sabernos irrepetibles, y con un fin en la vida, que puede realizarse o no, dependiendo de nuestra capacidad de voluntad, humildad y lucidez para darnos cuenta, paso a paso.
Los síntomas mentales no son más que las múltiples formas compartidas, y no ajenas por extrañas, con las que se pueden enfocar el misterio de la representación que hacemos de cada acontecimiento, ante la opción de hacer de nuestra vida un acto que se repite sin parar, o una auténtica aventura en las facetas de nuestro desarrollo.
Economía, sociedad, familia, amistad, espiritualidad, físico, emocional, diversión, pueden moverse de forma cultivada, reconocida, y si hacemos un breve recorrido con cada uno de nosotros del equilibrio de estas fuerzas, podemos tener una idea cabal de la necesidad útil de brillo del desarrollo individual, como células del organismo mundial.
LA SOLEDAD AUTÉNTICA ES AQUELLA QUE NO SE EVADE, SI NO QUE SE BUSCA, porque es la que nos carga de la fuerza de ser magnánimos, generosos y misericordiosos con nosotros mismos, en un acto de fuerza y claridad luminosa, para de una vez, AMARNOS COMO SOMOS, en lugar de gastar millones de instantes en repetirnos miles de máscaras que solo nos distraen y debilitan, inventando una miseria inexistente.
La lección 57 es un intento de valorar como generosa nuestra oportunidad de ser lo que somos, como fuente de satisfacción permanente, donde, no buscamos la felicidad, sino que NOS DEDICAMOS YA A SER FELICES, POR VOLUNTAD INDIVIDUAL PARA VIVIR EN PLENITUD.
LO MEJOR ES QUE ESTO ESTÁ AL ALCANCE DE TODOS.
VIVIR EN COMPAÑÍA DE LA AUTÉNTICA SOLEDAD.
Doctor Ángel Lara, 11 de junio de 2023, recordando el camino de la verdad de estar conscientes del ser.
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