La bondad es una cualidad implícita y explícita de la humanidad. Todos somos bondadosos, y todos necesitamos serlo más.
ES LA CONCIENCIA DE QUE EL OTRO SOY YO, Y QUE MI TAREA ES VIVIR PARA LA GRACIA Y LA COOPERACIÓN DE HACER EL BIEN, como intento primordial de todos los breves instantes de la vida.
Sólo el miasma de la SYPHYLYS sostiene que a veces es importante como mecanismo de supervivencia ser malvado, lo que es un error de dimensión extrema, provocando el daño y la desdicha de todos.
Somos los cultivadores del amor, la misericordia, la caridad, la paciencia, la sonrisa que mantiene el organismo en estado de funcionamiento equilibrado, y que cierra las úlceras que implican el haber perdido el sentido de la vida, creando vacío y desolación social y personal.
PREDICAR AMOR ES UNA CUESTIÓN DE HECHOS, y comienza por el ser simpáticos, gentiles, agradables, cercanos con uno mismo, antes que nada, y con los otros.
El entrenamiento para esto tiene muchas variables, y podemos probar con las bondades: artísticas, de palabra, de movimientos, de expresiones, de sonidos, de nuestra voz, del aire y de la tierra.
Ahora en este presente podemos perdonar a nuestros enemigos, como dice el evangelio, lo que atrae la dicha de todo el universo.
Ese padre que abraza al asesino de su hijo, durante el juicio que lo está condenando, con el llanto de la jueza imbuida por la emoción del momento, es el ejemplo de la guía y el camino a seguir.
Bondad de día y de noche, del perdón de nuestros errores, por enormes que hayan sido.
Bondad de fe y esperanza en la naturaleza, y de la unión de todos para agradecimiento de la vida y de la eternidad.
Dr. Angel Lara, EN UN CONFORTABLE AGOSTO E 40 GRADOS, sabiendo amigos al sol y al océano, las tierras y las nubes. 20/08/2023
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