La inevitable utilidad sanadora del dolor, el sufrimiento, la frustración, el aburrimiento, la soledad, el ridículo, la crítica, la pobreza, la ignorancia, los accidentes, las peleas, las catástrofes y la enfermedad como fuente de curación.
La ley de polaridades es una realidad en la naturaleza y tiene sus grados. Todo está en constante movimiento, y la paradoja es un fenómeno que se puede formular como ley, donde encontramos la libertad de la esclavitud, el amor del odio, la risa del llanto, el movimiento de la quietud, la compañía de la soledad, y por qué no, la vida de la muerte. La posición maniqueísta del bien y el mal absoluto, es una actitud profundamente limitadora del entendimiento de la realidad física y metafísica de lo viviente. Dé hecho la medicina homeopática se basa en la producción del más de lo mismo en la totalidad sintomática del ser humano, para producir con el medicamento en dosis infinitesimales una enfermedad artificial algo más intensa que la natural, y esperar que el dinamismo vital del ser, (humanos, animales, y plantas) ,reaccione y equilibre lo desviado de su centro con la desaparición por innecesario de los síntomas de forma progresiva, por ya no ser necesarios para el mejor mantenimiento de lo vivo.
Porque estos síntomas en lugar de ser un inconveniente, son una ayuda , y esto es de capital importancia para entender la estrategia del arte de curar.La intimidad, la cercanía en el estudio de los hechos, es fundamental para comprenderlos. La mirada fría y distante, si bien aparece como un respeto formal al otro, en este caso el paciente, no deja de ser una manera de no enterarse de lo que está pasando, y desde luego, de no profundizar en los mecanismos de sufrimiento y en su utilidad. Peor aún es juzgar las actuaciones médicas profesionales de la escuela homeopática con rapidez, como si ya supiéramos algo de su cuerpo doctrinal, y de su utilidad práctica en el real enriquecimiento, y alivio en base a la patología del ser humano. Las distintas formas de padecer del alma, el corazón y el cuerpo, están representadas y estudiadas en la experimentaciones patogenéticas de los medicamentos experimentados en el hombre parcialmente sano. Todavía a estas alturas no se ha valorado lo suficiente la mejoría parcial de un grupo de síntomas que se produce en la experimentación con un remedio escogido incluso al azar, ya que cada sustancia lleva en su esencia programada una peculiar manera de existir y de sobrevivir. Los minerales, las plantas , y los animales, los tres reinos, más los imponderables, poseen una manera única y característica de navegar en el infinito misterio de posibilidades existenciales con las que se manifiesta el universo, del que cada pieza es una parte del todo fusionada con él y con características diferenciales. Desde las situaciones agudas, breves en su presentación temporal, hasta las patologías más crónicas que pueden abarcar varias generaciones de seres de una misma especie, desde los casos individuales hasta los colectivos comunes epidémicos, desde las manifestaciones en los átomos de la materia siempre viva y en constante transformación y cambio, hasta las leyes de comportamiento que abarcan en un discurrir eterno físico y metafísico a todo el universo, la medicina cuenta con la ciencia, la fe y la magia, como sus instrumentos para propiciar la salud y curar. Las fórmulas en la materia médica de los remedios son repetidas una y otra vez en su acción sanadora, por lo que podemos deducir desde los elementos minerales más elementales, pasando por sus sales, hasta el alma sensible a todas las condiciones exteriores de las plantas, y el acto básico de la supervivencia y la competencia cooperante de la vida de los animales, que todo está colocado en el exterior y en el interior de forma que favorezca el desarrollo de los medios para satisfacer nuestras necesidades de estar sanos y salvos desde mucho antes de nacer, hasta mucho después de nuestra muerte. El médico digno de ese nombre es un investigador dedicado de todo aquello que propicia el bienestar y el desarrollo del ser humano sin descartar nada que pueda resultar útil para el beneficio de sus pacientes. El modernismo y la moda tecnológica en medicina como factor excluyente, es producto de la indolencia en la observación libre de prejuicios, que supone el acercarse de la forma más sencilla y humilde a los comportamiento fisiológicos y anímicos de nuestra especie en cada época de su devenir, y en cada manifestación formalmente distintas de las anteriores aunque similar en su esencia.No es práctico descartar lo que nuestros mayores aprendieron en las selvas y en los desiertos, en los mares y en las montañas. Tampoco lo es el obviar los descubrimientos que nos acercan a una comprensión tridimensional de lo más pequeño, y de lo más grande en el espacio, gracias a la tecnología punta.Lo que no debe hacerse si queremos mantenernos como especie que sea continuidad de las generaciones anteriores, es totalizar lo novedoso, tanto en la fórmulas científicas como en las modas de los comportamientos, como lo únco eficaz para saber cuidar de todos nosotros.La síntesis es siempre más enriquecedora que el aislamiento estático de las partes en un movimiento presente puntual.Por eso para entender lo que necesitamos tenemos que estudiar la historia de los descubrimientos en materia de salud, y ponerlos todos al servicio de nuestra especie, sin descartar por anodino lo que ya se ha comprobado fértil anteriormente, y sin presentar como único lo que es tan solo una forma de abordar la patología de nuestros semejantes y acompañantes de nuestra familia humana. Para entender hay que reflexionar e ir despacio, y concentrado. No es tranquilizador y armonioso el esperar pillar a la primera, ni a la décima, lo que lleva milenios la humanidad intentando desvelar. Merece la pena tomarse el tiempo, que puede durar varias vidas, el enterarse, y esto no justifica el quedarse parado, y no hacer nada como si confundiéramos la quietud serena, con la vagancia vacía y acomodada, tenemos la principal riqueza que es la vida. Usémosla y aprovechémosla en todas sus manifestaciones, en una tolerancia dialogante con los hechos y sus múltiples manifestaciones en lo que a la forma que tiene el ser humano de presentar su sufrimiento, y aprendamos con respeto de este hecho existencial, en lugar de intentar eliminarlo sin conocerlo, más que nada por el miedo al miedo, para después no estar preparado, para el siguiente envite de nuestra fuerza vital. La vida es un aprendizaje para la muerte, y ésta, cuando la respetamos y la tenemos presente, es siempre fértil en sus consecuencias para el bien de todos. No tenemos que ser valientes por el hecho de no tener en cuenta los peligros que nos acontecen. Un ser con coraje es aquel que dándose cuenta del daño que podemos producir, en lugar de apartarlo de su consciencia para evitar la angustia, lo tiene presente en estado de alerta para actuar de forma decidida y con la máxima destreza cada vez que éste se asoma para producir destrucción . Admitamos todos los fenómenos, y estudiémoslos realmente, y busquemos sus fórmulas, en lugar de suprimirlos sin haberlos realmente conocido, porque de ser así estaremos en una posición de ignorancia infantil, desarmados y carentes de los recursos profesionales expertos para hacerles frente. Una medicina carente de actitudes de observación libre de prejuicios, es una medicina que conduce al que la practica a tener una visión parcial de lo acontecido, por lo que en el mejor de los casos lo que hace es paliar los malestares, sin ir a la raíz de lo que está dañado en el ser, y entonces lo único que hacemos es prolongar en el espacio y el tiempo, las miles de calamidades innecesarias que ahora mismo padece nuestra especie. Acabo proponiéndote un sencillo ejercicio con el dolor. Pellízcate el dorso de tu mano izquierda con los dedos pulgar e índice de tu derecha, con una intensidad suficiente para que sientas el atrapamiento que la presión de ambos dedos ejerce sobre tu piel.Ves progresivamente aumentando la intensidad hasta que tu consciencia te de un toque de atención de “basta de apretar". Entonces sin dejar de hacerlo, extiende la sensación del pellizco doloroso que tienes en el dorso de la mano a la muñeca izquierda primero, al codo izquierdo, al hombro izquierdo, por ese orden, para después seguir extendiéndolo a tu tronco izquierdo , nalga, muslo pierna, y pie izquierdo.Y …..observa que ocurre con la sensación tan desagradable que tenías en la mano izquierda.Ahora suelta el pellizco, respira en profundidad 15 segundos, y vuelve a apretar tu piel en el mismo punto con los mismos dedos. Cual es la diferencia de la situación anterior? …… Reflexiona sobre este fenómeno tan accesible y tan olvidado en la época de la utilización desmedida de la anestesia.
Dr. Angel Lara, atreviéndose a enseñarte lo más cercano de lo lejano, y lo más útil de lo inútil, para hacer de todo una buena compañía. 02/03/2019
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